¿Cómo la perseverancia te llevará hacia dónde deseas en tu vida amorosa?
Hoy quiero responderte a esta pregunta contándote un cuento. Un cuento que alguien me contó y para mí fue toda una revelación maravillosa. Te dejo con él:
"Érase una vez dos agricultores amigos que estaban viajando por algunos pueblecitos de China. Iban caminando y parando en aquellos lugares que les llamaban la atención. Un día decidieron
parar al ver un anciano que tenía una manta llena de unas extrañas semillas que nunca habían visto. Uno de ellos le preguntó al anciano -¿qué son estas semillas nunca las he visto? y el anciano le

respondio: Son semillas de Bambú y señalo hacía unos bambús que estaban cerca de ellos. Ambos agricultores decicieron comprarle al anciano sus semillas. Éste les dijo debéis hacer exactamente lo que os he dicho cada día y brotarán. Contentos marcharon hacia sus respectivas casas y con muchas ganas de plantar sus nuevas semillas. Al llegar a cada uno lleno de mucha ilusión se puso a sembrar tal como indicó el anciano las semillas. Pasaban los días, las semanas y seguían regando y abonando sus semillas. Pasaron meses y seguían regando los dos sus semillas. Pasaron dos años y seguían los dos dando los cuidados que el anciano les dijo sin ni siquiera ver brotes verdes sólo la tierra. Sin embargo, a los tres años uno de ellos empezó a quejarse y protestar diciendole a su amigo- el anciano nos ha engañado, estas semillas no eran buenas, no brotan y no sale nada, hemos estado regando, cuidando la tierra con abono y quitando las malas hierbas pero nada. Ese anciano es un estafador se ha quedado con nuestro dinero y encima no tenemos ni siquira un brote te bambú. Yo ya no voy a cuidar más las semillas, es un trabajo inútil- . Su compañero lo escuchó pero decidió seguir cuidando las semillas a pesar de no ver ni atisbos de brotes. Pasaron cuatro, cinco años y seguía cuidando sus semillas sin ver nada de verde asomarse. Su compañero se reía de él, decía: No ves que es inútil, qué más necesitas, esas semillas no eran buenas, nos engañó y tú sigues gastando tu energía y tiempo en ellas. A pesar de sus comentarios él seguía y pasaron seis años, nada crecía. Una de las mañanas del séptimo año al ir a cuidar como siempre había hecho de sus semillas, vió unos brotes verdes. Y se pusó muy contento y siguió con muchas ganas cuidando y mimando sus semillas. A las seis semanas el bambú había crecido hasta !30 metros!
¿Tardo sólo seis semanas en crecer? No, la verdad es que tomo siete años y seis semanas en desarrollarse.
Durante los primeros siete años de aparente inactividad, este bambú estaba generando un complejo sistema de raíces que le permitirían sostener el crecimiento que iba a tener después de siete años."
Muchas veces en nuestra vida amorosa esperamos resultados rápidos, "parches" y soluciones apresuradas. Nos dejamos llevar por la emoción del momento para tomar decisiones o reaccionamos a la emoción del otro sin pensar, de forma automática. No nos damos cuenta de que lo que deseamos en cualquier cosa de nuestra vida pero también, en el amor tanto interior como hacia una pareja o una relación, el conseguirlo requiere de un crecimiento interior previo sin el cual no podemos llegar a adquirir ese resultado que queremos de forma permanente. Este crecimiento interno requiere invertir tu tiempo, tu energía y tu voluntad y perseverancia en ti mismo/a para conseguirlo aunque no sea fácil. E incluso si ya estamos en ese proceso de crecimiento interno o estamos trabajando en ello, necesitamos de igual modo ser perseverantes en el proceso.
En multitud de ocasiones es nuestra impaciencia, la que nos lleva a buscar soluciones "parche" para conseguir el resultado que deseamos y la que nos hace abandonar rapidamente una solución que está poniéndonos en el camino hacia nuestro deseo.
La impaciencia es como un muro que nos aleja de nuestros deseos y metas, cuanto más la sentimos más alto se hace ese muro lo cual nos lleva a abandonar.
El éxito, conseguir lo que deseas sólo vendrá a ti cuando cultives la perseverancia y sepas esperar al momento adecuado.
También, es cierto que el no ver resultados inmediatos nos hace pensar que no está funcionando o sirviendo de nada lo que estamos haciendo. Y esto puede ser enormemente frustrante. Apóyate en esos momentos, regalate palabras de aliento como "lo estás haciendo muy bien" "descansa, es sólo cansancio" "contínua merece la pena lo que conseguirás" "tú puedes", etc.
Y cuando te salte esa impaciencia o frustración es cuando me encantaría que recordaras, este cuento y el ciclo de maduración del bambú japonés, y aceptaras que aunque no veas resultados en ti, si estás madurando, creciendo en tu interior confiando en que ese proceso se está llevando a cabo en tu interior.
Sólo quienes siguen adelante a pesar de las dificultades y de no ver resultados inmediatos, perseverando van poco a poco y de forma inconsciente (sin darse cuenta) creando los hábitos y el caracter necesarios para poder mantener su éxito cuando éste comience a presentarse.
El conseguir lo que se deseas, alcanzar tus metas en el amor es fundamentalmente una forma de caminar por ese sendero que conduce al ansiado destino. Un proceso de aprendizaje que conlleva tiempo, dedicación, paciencia, amor, crear nuevos hábitos y dejar ir otros que no nos son útiles. Un proceso de cambio profundo, de transformación interior que te lleva de ser una semilla seca...a un brote verde...y después...un precioso, alto y robusto bambú.
Recuerda que todo lo que te gusta...requiere de calidad de tiempo y dedicación....como una buena comida guisada a fuego lento y con mimo...como un abrazo lleno de amor....como el sentirte escuchado/a...como ir a la peluquería...imagina estas cosas hechas a la ligera...una comida de un sitio de comida rápida...un abrazo que ni lo sientes de rápido que ha sido...el que te escuchen sólo unos segundos...y se vayan......el ir a la peluquería y con mucha urgencia e impaciencia te laven el pelo, te lo corten con la misma rapidez...casi sin pensar....
Tus sueños, tus metas, tus deseos...requieren de tu tiempo, mimo, y dedicación diaria...como dijo Buda...coge cada día un puñado de arena...y tendrás una montaña....

No pretendas tener la montaña con dos o tres veces que echas tus puñados....y ea...como no tengo ya la montaña...dejo de echar los puñados. El amor verdadero es un proceso diario o como me gusta a mí llamarlo es un estilo de vida, una forma de ver y vivir tu vida. Es decir, es un viaje no un destino. Es como una planta siempre necesita agua y nutrientes, siempre hay que cuidarla y darle lo que necesita para que siga creciendo y creciendo.
Vuelve a contectar con la naturaleza y su ritmo...pues también es tu ritmo...todo requiere un proceso que lleva tiempo...como esas semillas de bambú......dale su tiempo, persevera, sigue avanzando, llénate de paciencia y disfruta del proceso...esa es la clave.
Si haces lo necesario creando las circunstancias adecuadas y lo que deseas no llega, recuerda...no abandones, sígue, quizá solo estés echando raíces…. ;)
¿Cómo está tu perseverancia y tu paciencia? ¿Es algo fácil para ti o más bien todo lo contrario?
Deja tu comentario, será un placer leerte.
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